sábado, 28 de febrero de 2015

DESASTRE NUCLEAR EN CHERNÓBYL (ЧЕРНОБЫЛЬ)

DESASTRE NUCLEAR EN CHERNÓBYL


Fue un accidente nuclear sucedido en la central nuclear Vladímir Ilich Lenin (a 18 km de la ciudad de Chernóbil, actual Ucrania) el sábado 26 de abril de 1986. Es considerado como el más grave en la Escala Internacional de Accidentes Nucleares (accidente mayor, nivel 7), constituye uno de los mayores desastres medioambientales de la historia.
Aquel día, durante una prueba en la que se simulaba un corte de suministro eléctrico, un aumento súbito de potencia en el reactor 4 de esta central nuclear produjo el sobrecalentamiento del núcleo del reactor nuclear, lo que terminó provocando la explosión del hidrógeno acumulado en su interior.
ESCALA INTERNACIONAL DE DESASTRES NUCLEARES (INES)
La cantidad de dióxido de uranio, carburo de boro, óxido de europio, erbio, aleaciones de circonio y grafito expulsados, 4 materiales radiactivos y/o tóxicos que se estimó fue unas 200 veces mayor que el liberado por la bomba atómica arrojada en Hiroshima en 1945, causó directamente la muerte de 31 personas y forzó al gobierno de la Unión Soviética a la evacuación de 116 mil personas provocando una alarma Internacional.

EL ACCIDENTE
El núcleo del reactor estaba compuesto por un inmenso cilindro de grafito de 1700 t, dentro del cual 1661 tubos metálicos resistentes a la presión alojaban 190 toneladas de dióxido de uranio en forma de barras cilíndricas. Por estos tubos circulaba agua pura a alta presión que, al calentarse, proporcionaba vapor a la turbina de rueda libre. Entre estos conductos de combustible se encontraban 180 tubos, denominados «barras de control» y compuestos por acero y boro, que ayudaban a controlar la reacción en cadena dentro del núcleo del reactor.
El sábado 26 de abril de 1986 se propuso realizar una prueba con la intención de aumentar la seguridad del reactor. Para ello deberían averiguar durante cuánto tiempo continuaría generando energía eléctrica la turbina de vapor después de la pérdida de suministro de energía eléctrica principal del reactor. Las bombas refrigerantes de emergencia requerían de un mínimo de potencia para ponerse en marcha y rellenar el hueco de entre 45 y 60 segundos hasta que arrancaran los generadores diésel.
Entre los productos de fisión que se producen dentro del reactor, se encuentra el xenón135, un gas muy absorbente de neutrones. Mientras está en funcionamiento de modo normal, se producen tantos neutrones que la absorción es mínima, pero cuando la potencia es muy baja o el reactor se detiene, la cantidad de Xe135 aumenta e impide la reacción en cadena por unos días.
Un operador insertó las barras de control para disminuir la potencia del reactor y esta decayó hasta los 30 mw. A 30 mw de potencia comenzó el envenenamiento por xenón, y el reactor se apagaría automáticamente. Para evitarlo, debieron aumentar la potencia del reactor subiendo las barras de control, pero los operadores retiraron manualmente demasiadas barras. De las 167 barras que tenía el núcleo, las reglas de seguridad exigían que hubiera siempre un mínimo de 30 abajo, y en esta ocasión dejaron solamente 8.
Con los sistemas de emergencia desconectados, el reactor experimentó una subida de potencia tan extremadamente rápida que los operadores no lograron detectarla a tiempo.
Cuando quisieron bajar de nuevo las barras de control presionando el botón de apagado de emergencia (el botón AZ-5 «Defensa de Emergencia Rápida 5»), estas no respondieron debido a que posiblemente ya estaban deformadas por el calor y las desconectaron para permitirles caer por gravedad, logrando insertarse alrededor de 2.5 m dentro del núcleo antes de resquebrajarse debido a la enorme presión.
Se oyeron fuertes ruidos y entonces se produjo una explosión causada por la formación de una nube de hidrógeno dentro del núcleo, que hizo volar el techo de 1 200 toneladas del reactor, provocando un incendio en la planta y una gigantesca emisión de productos de fisión a la atmósfera.







REACCIONES INMEDIATAS
Minutos después del accidente, todos los bomberos militares asignados a la central ya estaban en camino y preparados para controlar el desastre rápidamente. Las llamas afectaban a varios pisos del reactor 4 y se acercaban peligrosamente al edificio donde se encontraba el reactor 3. El comportamiento heroico de los bomberos durante las tres primeras horas del accidente evitó que el fuego se extendiera al resto de la central.
Dos días después, había 18 heridos muy graves y 156 heridos con lesiones de consideración producidas por la radiación. Todavía no había una cifra del número de muertos, pero en un accidente nuclear aumenta día tras día la lista de víctimas, hasta pasados muchos años.
Los niveles de radiación en las zonas más afectadas del edificio del reactor se han estimado en 5,6 röntgens por segundo, lo que equivale a más de 20 000 röntgens por hora. Una dosis letal es de alrededor de 100 röntgens por hora, por lo que en algunas zonas, los trabajadores que no tenían protección adecuada recibieron dosis mortales en menos de un minuto.
El roentgen es una antigua unidad utilizada para medir el efecto de las radiaciones ionizantes. Se utiliza para cuantificar la exposición radiométrica, es decir, la carga total de iones liberada por unidad de masa de aire seco en condiciones estándar de presión y temperatura.
Un dosímetro capaz de medir hasta 1000 R/s quedó enterrado en los escombros cuando se derrumbó una parte del edificio, y otro se quemó al encenderlo. Todos los dosímetros restantes tenían límites de 3.6 R/h, por lo que la aguja quedaba atascada en el nivel máximo. En consecuencia, los operarios del reactor sólo podían determinar que el nivel de radiación estaba en algún lugar por encima de los 3.6 R/s, cuando en ciertas áreas llegaban a los 30 000 R/h.
La evacuación de Chernóbil y de un radio de 30 km no se llevó a cabo sino hasta el 2 de mayo. Para entonces ya había más de 1 000 afectados por lesiones agudas producidas por la radiación.

EVACUACIÓN

Sarcófago hoy en día  
En un mes y 4 días se terminó el túnel, y se inició el levantamiento de una estructura denominada sarcófago, que envolvería al reactor y lo aislaría del exterior. Las obras duraron 206 días.
Antes del accidente el reactor contenía unas 190 toneladas de combustible nuclear. Se estima que más de la mitad del yodo y un tercio del cesio radiactivos contenidos en el reactor fue expulsado a la atmósfera; en total, alrededor del 3.5% del combustible escapó al medio ambiente.


EFECTOS SOBRE LA SALUD

Inmediatamente después del accidente, la mayor preocupación se centró en el yodo radiactivo, con un periodo de semidesintegración de ocho días. A fecha de 2011, las preocupaciones se centran en la contaminación del suelo con estroncio-90 y cesio-137, con periodos de semidesintegración de unos 30 años.
Algunas personas en las áreas contaminadas fueron expuestas a grandes dosis de radiación (de hasta 50 Gy) en la tiroides, debido a la absorción de yodo-131, que se concentra en esa glándula. El yodo radiactivo procedería de leche contaminada producida localmente, y se habría dado particularmente en niños.

RESTRICCIONES

Poco después del accidente varios países europeos instauraron medidas para limitar el efecto sobre la salud humana de la contaminación de los campos y los bosques. Se eliminaron los pastos contaminados de la alimentación de los animales y se controlaron los niveles de radiación en la leche. También se impusieron restricciones al acceso a las zonas forestales, a la caza y a la recolección de leña, bayas y setas.
Después del desastre, un área de 4 kilómetros cuadrados de pinos, en la cercanía del reactor adquirió un color marrón dorado y murieron, adquiriendo el nombre de "Bosque Rojo". En un radio de unos 20 o 30 kilómetros alrededor del reactor se produjo un aumento de la mortalidad de plantas y animales así como pérdidas en su capacidad reproductiva.

EL INFORME DE LA AIMPGN DE ABRIL DE 2006

En abril de 2006 la sección alemana de la AIMPGN realizó un informe que rebate gran parte de los resultados del resto de estudios realizados. Entre sus afirmaciones se encuentra que entre 50 000 y 100 000 liquidadores han muerto hasta 2006. Que entre 540 000 y 900 000 liquidadores han quedado inválidos. El estudio estima el número de víctimas mortales infantiles en Europa en aproximadamente 5000.
Según el estudio sólo en Baviera (Alemania), se han observado entre 1000 y 3000 defectos congénitos adicionales desde Chernóbil. Sólo en Bielorrusia, más de 10 000 personas han sufrido cáncer de tiroides desde la catástrofe. El número de casos de cáncer de tiroides debidos a Chernóbil previsto para Europa, excluida la antigua Unión Soviética (СССР), se sitúa entre 10 000 y 20 000, entre otras.






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