sábado, 28 de febrero de 2015

PRIMERA INVESTIGACIÓN DE CAMPO


USO DE UNICELL EN UN CENTRO COMERCIAL

Prohibición en Nueva York del foam y unicel

El alcalde de Nueva York, el atribulado Bill de Blasio, está dispuesto a ganar alguna batalla. Mientras intenta hacer la paz con el Departamento de Policía, ha decido acabar de una vez para siempre, a partir del próximo 1 de julio, con el poliestireno expandido, material de utilización masiva como envase y embalaje para comida, entre otros usos, que tiene un destructivo impacto en el medioambiente.
El Departamento de Saneamiento estima que cada año se recogen unas 30.000 toneladas de poliestireno, el 90% de ellas procedentes del consumo individual de alimentos. Según el Ayuntamiento, el poliestireno expandido (EPS, por sus siglas en inglés) no se puede reciclar, lo que exige su prohibición. Asimismo, es un peligroso contaminante, protagonista de buena parte de los vertidos de la ciudad, sobre todo en entornos marinos, con el consiguiente riesgo para la fauna autóctona.
El material está prohibido ya en unas 70 ciudades de Estados Unidos, entre ellas Washington DC, San Francisco, Minneapolis, Portland o Seattle. “Estos productos causan un daño medioambiental real y no tiene sentido que sigan utilizándose en la ciudad de Nueva York.
La ley establece una moratoria de seis meses antes de la entrada en vigor de la prohibición. A partir del 1 de julio, los infractores podrán ser multados, aunque el Ayuntamiento ha avanzado que hasta el 1 de enero de 2016 solo serán apercibidos. Para no perjudicar la economía de miles de empresas que utilizan el poliestireno en la actualidad, el Ayuntamiento ha anunciado exenciones para organizaciones sin ánimo de lucro y negocios con ingresos inferiores a los 500.000 dólares al año.








La foto anterior fue tomada en el centro comercial de Angelópolis por motivo de indagar sobre cuál era el índice de unicell utilizado en el área de comida rápida, el uso de este material es menor del que pensábamos, ya que se ha cambiado por el cartón o plástico, pero aún así hay un consume que está latente porque si lo vemos de esta manera, el unicell que se consume mayormente se hace sólo una vez y es desechado, pero se queda en la tierra y no se biodegrada.

Aunque las cantidades de unicel utilizadas en el centro comercial de angelopolis son bajas,

debemos preguntarnos por una solución o un material que sustituya este polímero dañino,

uno que sea igual de barato que el unicel y biodegradable, esta es una propuesta que 

puede ser adoptada no solo para los negocios de comida rápida del centro comercial 

angelopolis, sino por todos los restaurantes y negocios del estado de Puebla que utilicen 

este polímero.


 

 

 


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